Las materias primas minerales representan un sector básico para el desarrollo económico e industrial. Eso quedó patente cuando la economía mundial se detuvo en 2020 a consecuencia de la pandemia. Pese a ello, la vigente Ley de MInas data de 1973 y el sector se siente abandonado por los poderes públicos. Hasta ahora. El volátil contexto internacional vinculado a la guerra en Ucrania ha atraido el interés político de la Unión Europea a esta área productiva comúnmente olvidada o vilipendiada.
La industria de las materias primas minerales (MPM) es la base de todas las cadenas productivas y, por lo tanto, es un elemento estratégico e imprescindible para poder fijar a la mayoría de los sectores industriales en el país. También es imprescindible para la transición energética y para poder cumplir con los objetivos de neutralidad climática y de autonomía estratégica.